#88 Al final nunca es tarde para huir.-
Desde hace unas semanas, salgo y vuelvo a la ciudad como si saliera y volviera a mi vida. Como si pusiera en pausa una parte de mí. Cómo si tocara explorar ahí fuera.
En platós, calles ajenas, viajes en furgo, cámpings antiguos, escenarios de arena. Con nuevos compañeros, nuevos amigos, con los que nunca se fueron.
Y cada vez que llego a casa es como si mi pequeño mundo me abrazara, como si Barcelona me diera calma, cobijo y energía suficiente para seguir con la locura de la vida.
Como si de repente, la ciudad me pareciera más bonita, más mágica. Lista para que pasen cosas divertidas.
Ayer, mis pilas se cargaron como se me cargaron tantas veces en el pasado. Compartiendo tiempo y creatividad con otras personas curiosas. Haciendo fotos y jugando con la luz, los colores y las texturas en un workshop de retrato artístico organizado por Lomography. Escuchando fragmentos de vidas, inquietudes en común, ganas de vivirlo todo.
Y es que siento que conocer a gente nueva, charlar sin prisa, preguntarlo todo, escuchar siempre, me llena de electricidad y de energía. Me hace feliz.
Y en ese akelarre fotográfico conocí a Philippe, el marido de Paola, la modelo maravillosa que nos regaló su tiempo y su paciencia. Philippe es un belga que lleva 17 en Barcelona con un gran sentido del humor y una visión artística clarísima. Interviene cuadros clásicos sustituyendo las personas por animales o los ojos por aves.
Esta semana también he vuelto a los retratos de Sam Gregg y sus postales de Nápoles, una ciudad a la que siempre voy a querer volver.
Sus campañas para el Venezia FC son de las mejores que he visto. Y la equipación del club, también.
Estos días he estado muy dentro del documental de M.I.A, 'Matangi/Maya/M.I.A', en Filmin. Salió en 2018, pero decidí verlo después de gozarlo en su concierto del Vida. Es un viaje de hora y media atravesando su vida y su identidad, de Londres a Los Angeles pasando por Sri Lanka. La redimensiona totalment a nivel musical e ideológico. Maravilloso.
También he vivido muy dentro de las pequeñas y grandes desgracias de Nita, la protagonista de 'Payasa', un libro que me ha volado la cabeza. Ella es una payasa de Declivetown que sobrevive a un ataque al corazón, a relaciones tóxicas, a un aborto, a hombres que fantasean con payasas, a una ciudad en ruinas. Y lo hace con un sentido del humor brutal. Muy recomendable.
Y este capítulo de Hechos Reales sobre los hombres que sueñan con ir a una guerra que no es suya, con disparar, aunque sea a ratas, con jugar a estar en el frente, me ha hecho más cortas las casi 3h de tren Madrid-Barcelona.
Y si escucháis este otro, quizás alguno descubra mi voz.
Y la banda sonora de hoy la pone este tema que me llena de energía para mi última semana de rodajes. A ellos les debo el título de hoy.
Feliz domingo :)